@magarciaromero
Fb: Cinemaxoom Magr
Por MA GARCÌA ROMERO
Acabamos
de asistir esta semana al estreno de la película dominicana TUBÈRCULO
PRESIDENTE, una especie de continuación de la taquillera cinta Tubérculo Gourmet
que comentáramos en su aparición el año 2015. Para situar a mis lectores,
repasemos la sinopsis de esta nueva entrega y luego nuestros comentarios sobre
este filme criollo.
“TUBÉRCULO
y TIRSON son elegidos presidente y vicepresidente de la República y se instalan
junto a sus familias en el Palacio Presidencial, cuyo rigor protocolar es
totalmente contrastante con su estilo de vida campesino. Su peculiar trabajo
logra altos índices de popularidad pero afecta a sectores que organizan un
contundente golpe de estado! …Podrá sostenerse en el poder este divertido y
efectivo gobierno”
Con
Tubérculo Presidente, la comedia cinematográfica dominicana que se encuentra en
“cuidados intensivos” por su sordidez conceptual, su apego al canon televisivo
y el uso insistente de personas del medio farandulero simplemente toca fondo
con este personaje tan desagradable como pintoresco.
No
puedo soslayar un punto interesante: me
refiero a la morfología narrativa del filme. El hecho de construir un guion que
tiene como eje narrativo una entrevista realizada por el prestigioso crítico de
cine y de espectáculos Juan Carlos Arciniegas a Tubérculo y Tirso, es una
estrategia narratológica que funciona para dar a la historia un tono de flash
back.
Hay
muchos aspectos cinematográficos en esta cinta que fueron empleados de manera
eficiente: la edición, la música, la puesta en escena del entorno presidencial,
la dirección de fotografía por citar los principales componentes fílmicos. Sin
embargo donde empieza el fango de esta película es en la construcción del
guion.
Para
Miguel García Romero, el personaje humorístico Tubérculo Gourmet siempre ha
constituido un ser abyecto, despreciable, depravado, repugnante, aborrecible
porque en un mundo donde se lucha contra la obesidad como la antesala a muchas
enfermedades cardiacas que conducen a la muerte. Que un individuo haga del acto de comer su
modus operandi me parece asqueroso como propuesta de sentido de cualquier
película, aunque sea una comedia.
Pero
donde Tubérculo Presidente se introduce en el fango y destapa una caja de
Pandora en el cine dominicano es en el aspecto siguiente : habíamos planteado
en artículos anteriores la práctica de los directores criollos de realizar
publicidad subliminal en sus películas mediante la insersiciòn de planos cinematográficos
de los productos que patrocinan el filme. Sin embargo el Director de esta cinta
como eficiente artesano y mercadòlogo se le ocurrió insertar publicidad
explicita en el dialogo de los personajes. Es así como vemos de manera
descarada cuando Tubérculo recomienda “comer huevos Endy” para mantenernos
fuerte y “ Arroz Campos”.
Después
de semejante publicidad descarada y prolongada durante todo el filme, sólo
queda espacio para la vergüenza ante este
burdo ejercicio mercadológico que abre las puertas a que las empresas
que inviertan recursos en el cine exijan que sus productos sean promovidos por
los personajes a la manera de Tubérculo Presidente.
Finalmente
TUBÈRCULO PRESIDENTE es una clara evidencia de que la Ley de Cine Dominicana se
está convirtiendo en una maquinaria para el embrutecimiento colectivo porque
permite que personajes infames como este que promueve el hedonismo culinario de
manera salvaje, aparezcan como parte del
imaginario colectivo en la pantalla grande. ¡ Dios nos ampare !
Director: Archie López
Guion: Víctor Reyes
Fotografía: P. J. López
Reparto: Raymond Pozo,
Miguel Céspedes, Cheddy García, Fefita La Grande, Orlando Urdaneta, Jorge Pabòn,
Luis Manuel Aguilò, Steven Domsam,
Héctor Sierra y Elizabeth Ruiz.
Asistí gustoso a la
premier de “A Orillas del Mar” el
segundo largometraje del Director dominicano Bladimir Abud, todavía tengo
fresco en mi memoria la agradable experiencia de ver la exhibición de su opera
prima en una de las salas de Fine Arts, porque en esta primera película el
joven Director criollo demostró claramente sus intenciones de hacer un cine
diferente a la cháchara habitual de comedias dominicanas que suelen contaminar
las salas de cine de nuestro país. En dicho filme “La Lucha de Ana” el realizador puso a prueba su vocación de
construir historias de interés social, que ahondaran en la miseria humana que
significa la desigualdad, corrupción de las instituciones del Estado dominicano
y exploraba con relativo éxito las condiciones de marginalidad social
prevalecientes en la ciudad de Santo Domingo
en los cinturones urbanos que bordean el rio Ozama.
En esta ocasión,
coherente con su postura como realizador Bladimir Abud traslada su preocupación
por la condición del hombre dominicano a la fascinante geografía de su natal
provincia de Samaná. El hecho de que la diégesis se desarrolle fuera de la
ciudad de Santo Domingo, ya es ganancia para el cine dominicano porque
habitualmente el cine nuestro que merece cierta atención, como gran parte de la
comedia-chatarras dominicanas que han sido exhibidas en los últimos años han
recorrido casi todos los rincones de plazas, grandes centros comerciales y
parques de la ciudad como si el país se circunscribiera solamente a su capital.
De manera que partiendo de lo que expresé anteriormente
la puesta en escena en las primeras secuencias del filme, representan un cambio
acertado en la actitud de productores de utilizar y potenciar nuevas locaciones
como el espectacular paisaje de nuestra bella península de Samaná condenada o
agraciada-depende de cómo lo veamos- a convertirse en isla en unos miles de
años a causa del cambio climático.
En este punto apelo a
un refrán muy conocido que expresa “que una cosa piensa el burro y otro el que
lo apareja”, lo que significa claramente en que puede producirse un trecho, una
diferencia entre lo que usted quiere como resultado y lo que usted obtiene
realmente.
Cuando examinamos el
filme nos damos cuenta que el guion adolece de serias lagunas en la
construcción de los personajes. ¿Por qué razón un padre abandona su hijo? Al
margen de que el guionista tiene el derecho de administrar el conocimiento que
tienen los personajes sobre un hecho y también el espectador, en algún momento
de la diégesis tienen que aparecer indicios de qué mueve el personaje a
comportarse de esa manera. En el filme la idea es vaga.
La película está
narrada desde el punto de vista de un
muchacho que con su padre se gana el sustento ejerciendo la pesca en la
península de Samaná. Los primeros diez minutos del relato los diálogos son
escasos, el tono documental, marcado por las imágenes evidentemente cargadas de
plasticidad del paisaje de la zona mantienen al espectador esperando que suceda
algo y precisamente no sucede nada, la película cae en una especie de abulia
dramática que desespera porque la cinta se transforma en una especie de
“merengue sin letra….no dice nada” como refiere la pieza musical.
Cheddy García,
confirma que puede dar más que esos personajes cómicos inducidos a repentizar
en las comedias dominicanas. Vale la pena mirarla haciendo un personaje lleno
de dolor, frustración, ella salva la película de perderse en el total olvido y
Miguel Ángel Martínez, nueva vez nos sorprende de manera grata por su capacidad
histriónica con uno de esos personajes
sórdidos, oscuros que sabe interpretar,
aunque este guion cojo en la construcción de los personajes no le permite ir
muy lejos.
La fotografía es uno
de los aspectos del filme que le agregan valor en términos de la construcción
del discurso y de forma paradójica uno de los aspectos manejados con la peor
torpeza. Aunque la palabra tenga un tono duro la cuestión es que el excesivo
uso de planos largos, contribuyen a incentivar la modorra en el espectador,
junto a un aspecto que perjudica el relato, es decir el tono documental en que
transcurre la narración, desde el punto de vista de la retórica visual esto
trastorna la estrategia de enunciación del Director, en vez de fortalecer la
diégesis la debilita la torna desabrida, el espectador no sabe si está frente a
uno de esos programa de reportajes semanales o frente a un filme que intenta
explorar la condición de la juventud de los centros marginales de la capital
dominicana. En una especie de “fiebre” el Director de fotografía hace un uso caprichoso e impreciso de un
recurso valioso del lenguaje cinematográfico, me refiero a la denominada
“profundidad de campo”. Escenas como el encuentro del personaje que encarna
Miguel Ángel Martínez en el malecón de Santo Domingo con el joven protagonista
del filme, se constituyen en antológica
del uso antojadizo del recurso estético antes mencionado.
Para finalizar mi
acercamiento a esta nueva propuesta del cine dominicano les digo
metafóricamente que esta película tiene buenos ingredientes para hacer un suculento plato, pero el Director no los
cuece bien entonces el plato resultante queda crudo. O viéndolo de otra manera,
se quiso llegar a un buen lugar, en un vehículo con las condiciones para
hacerlo, pero ocurrió lo que los
mecánicos en mi infancia, denominaban
rotura de la varilla del guía; el vehículo podía correr pero no se podía
controlar su dirección y se desplazaba a la deriva…..eso pasa con esta
película A ORILLAS DEL MAR, desde otra
perspectiva podría puntualizar que después de examinar el filme, tengo la
sensación de que es mucha espuma y poco chocolate….
Director: Bladimir
Abud
Reparto: Sony
Kelly, Teo Terrero, Miguel Ángel Martínez, Richard Douglas, Lidia Ariza,
Antonio Melenciano, Geovanni Jerez, Marissabela Marte.
PUETO PA’ MI
LA MUSICA URBANA
DOMINICANA LLEGA AL CINE
Veamos la sinopsis
del filme para hacer algunas consideraciones al respecto:
“Película dominicana
inspirada en hechos reales que cuenta la historia de dos jóvenes procedentes de
barrios pobres del país que atraviesan una serie de circunstancias difíciles
para alcanzar el sueño de triunfar en la música. Es una trama que refleja
muchas de las situaciones que vivieron en la realidad tanto Mozart La Para como
El Mayor Clásico para estar entre los artistas número uno del género.”
Confieso que cuando
vi Pueto Pa’ Mi sentí una sensación de
tranquilidad porque evaluando el desempeño general de los componentes fílmicos,
me parece que la película funciona. Cuando hablo de que la película funciona
apelo al concepto de que los elementos esenciales del texto fílmico tales como Dirección,
composición dramática, fotografía, banda sonora
y puesta en escena tienen un desempeño mejor de lo esperado por
nosotros.
Evidentemente es una especie de “fábula” sobre el
crecimiento personal en medio de la adversidad, no cae en maniqueísmos
innecesarios, por momentos se torna cursi en algunas escenas pero no llega a
“empalagar al espectador”. Es una prueba superada para la incursión de la
música urbana en el cine dominicano, logra Pueto Pa’ Mi lo que muchas películas
dominicanas desearon hacer y no pudieron: emocionar al espectador, involucrarlo
en el relato, hacerlo sentir múltiples sensaciones en todo momento a pesar de
que el guion adolece de fallas en la caracterización del personaje que encarna
Mozart La Para, la película pasó la prueba.
Dirección: Ivan
Herrera
Guion: Daniel
Aurelio
Reparto: Mozart
La Para, El Mayor Clásico, Denise Quiñones, Francisco Cruz, Jenny Blanco,
Aquiles Correa, Gerald Ogando, Tony Almont, Oscar Carrasquillo, Yamilee
Scheker.
ALGÙN LUGAR
LA PELÌCULA “ALGUN
LUGAR” NOS CONDUCE A NINGUN LUGAR
Si algo me agrada
desde el punto de la construcción del filme es que es un intento de abordar
otro género diferente a la comedia, se trata del subgénero denominado Roda
movie, o cine de carretera. En este sumario de películas de las cuales debí
publicar mis críticas en el momento de la exhibición no pretendo entrar en
detalles sobre el origen y características esenciales de este subgénero cinematográfico,
me limitaré a decir que el resultado es pobre.
Con una serie de
personajes planos, durante la evolución narrativa no aportan intensidad dramática
a la diègesis, diálogos anodinos, una fotografía poco inspiradora, una elipsis
torpe que estropea la información administrada
al espectador durante el relato y una música que es lo que podemos recordar con
agrado de esta cinta, debo puntualizar que el intento de sustraerse a la fiebre
de hacer comedias es loable pero el resultado del filme pasa sin pena ni
gloria.
Director:
Guillermo Zouain
Reparto:
Arnold
Martínez, Javier Grullón, Víctor Alfonso, Ivonne Beras Goico, Ramón Emilio
Candelario, Alexandra Domínguez, Cheddy García, Jean Remy Genty, Manolo Ozuna.
DINERO FÀCIL
SENCILLAMENTE
INSOPORTABLE…
Es alentador que los jóvenes
cineastas de RD “se tiren al mar de la creación
cinematográfica” si no saben nadar
satisfactoriamente por lo menos beben mucha agua salada, aprenden a evitarlo en
futuras incursiones” con esta especie de lenguaje figurado quiero ponderar el
hecho de que jóvenes hayan emprendido de hacer
una cinta como esta evidentemente inspirada en la notable The Italian Job (2003).
El resultado es una
chapuza que no merece la pena dedicarle muchas líneas porque todos los
elementos fundamentales de construcción de un texto fílmico están pésimos:
guion, dirección, composición dramática, fotografía, banda sonora y puesta en
escena (pretensiosa y vacua).
Dirección: Daniel
Aurelio
Guión: Daniel
Aurelio
Reparto: Daniel
Aurelio, Margaux Da Silva, Mario Núñez, Yasser Michelèn, Francis Cruz, Erlyn Saúl,
Pedro Sierra.
Agosto 2016
LXXX
No hay comentarios:
Publicar un comentario