domingo, 13 de octubre de 2013

CINEMA ZOOM (L) (PONCHAO)

EL FILME PONCHAO HACE HONOR A SU NOMBRE PORQUE SE PONCHÓ  COMO  LA NUEVA PROPUESTA DEL CINE DOMINICANO


         



MA GARCÍA ROMERO
@magarciaromero

Con la película PONCHAO, el actor Manny Pérez completa el tercer largometraje que protagoniza en nuestro país en los últimos años.  Recordemos La Soga el primero de los tres, le siguió el Rey de Najayo y su más reciente propuesta como guionista y actor principal es  PONCHAO. Veamos entonces la sinopsis de esta película como es habitual, para luego entrar en mis consideraciones sobre esta nueva propuesta del cine criollo,

“Ponchao es una comedia romántica que cuenta la historia de un pelotero (Alex Ramírez) y todo lo que hace para llegar a jugar profesionalmente.”

He tratado de  identificar en mi  acercamiento a esta película, uno ó varios valores que puedan resaltarse como texto fílmico; es difícil pero no imposible porque prácticamente se trata de “pedirle peras al olmo” como dice el refrán. Sin embargo en esa búsqueda, me detuve revisando el historial de exhibiciones de películas dominicanas este año, en un elemento que me llamó poderosamente la atención, procedo a explicar: las películas criollas exhibidas  tienen como espacio para su diégesis la ciudad de Santo Domingo; desde sus grandes y modernos centros comerciales, pasando por la nueva arquitectura que hace del Distrito Nacional una ciudad en franco crecimiento vertical y siguiendo por los barrios populosos como Villa Juana, el cual se intentó reproducir con irregular fidelidad en los estudios de cine ubicados en Quita Sueño, San Cristóbal.

Ese elemento que me llamó la atención de Ponchao, es que saca por fin las cámaras del cine dominicano fuera del entorno de la capital de la República Dominicana y la Provincia de Santo Domingo, y la traslada a la hermosa geografía del Cibao para desarrollar en la Provincia de Santiago una historia donde el beisbol el deporte favorito de la mayoría de los dominicanos es el objeto de la construcción del discurso en este filme.

Para referirme al guión de la película no hay cosa mejor que “echar mano” de uno de esos refranes favoritos del Cibao que expresa que “del dicho al hecho hay mucho trecho”.  La intención de los guionistas de abordar el delicado tema de  la falsificación de documentos por parte de algunos jóvenes prospectos del beisbol para lograr que los equipos  le propongan la firma de un contrato representa en el refrán “el dicho”, el “hecho” es que el guion es fallido,  procura en vano  moverse entre la comedia romántica y el drama para abordar el núcleo temático que mencionamos anteriormente sin lograr una cosa ni la otra.

Alex Ramírez, como se llama el personaje que interpreta Manny Pérez  empieza con voz aut ( es decir se oye la voz pero el personaje no se ve en el encuadre) explicando lo sucedido en su vida, desde ese primer momento se establece la estrategia narrativa de que la película es un largo flash back, sin embargo de manera constante la evolución narrativa se traduce en frecuentes flash back al pasado inmediato de la diégesis;  días, semanas y meses, esto hace en el caso especifico de este filme que la evolución narrativa sea tediosa y lenta, este comportamiento “tipo cangrejo” de la temporalidad del relato hace la película insufrible por momentos.

El guion carece de cohesión tanto en la construcción  de los personajes como en el manejo de la temporalidad del relato, de ahí, que ese “racimo” de flash back sea una estocada mortal al interés que el espectador pueda despertar por la historia debido a que complica el disfrute de la evolución narrativa.

Hablar de la composición dramática de la película es ponerse a sufrir en cierto modo: el reparto de las películas dominicanas se está pareciendo a los mítines que hacían los políticos de nuestro país hace cuarenta años; trasladaban la gente de pueblo en pueblo para asegurar una multitud en cada acto político. El reparto de las películas dominicanas sigue “inundado” de figuras de la TV que se están repitiendo de película en película, acabamos de ver a Bolivar Valera como colmadero en Mi Angelito Favorito, pues aquí se muda al Cibao y hace de beisbolista.

Resulta penoso que procurando hacer reír a los espectadores Manny Pérez construya un personaje que su caracterización consista en escarnecer a la comunidad homosexual, mediante la caricaturización del perfil  de las personas que asumen esa condición.  Creo innecesario e imprudente en una película que se precia de ser para toda la familia fomentar el escarnio a las minorías,  independientemente de que no compartimos  su conducta.

Como se ha hecho frecuente en  casi todas las comedias criollas el chiste forzado con tufo televisivo hace acto de presencia en Ponchao, también el desagradable monologo, aparece aunque de manera breve. Fefita La Grande es una reserva de la música popular dominicana, merece y de hecho  tiene,  todo nuestro reconocimiento. Pero me hago las siguientes preguntas: ¿Qué necesidad tiene el cine dominicano de  colocar un icono de la  música popular de la edad de La Vieja Fefa como cariñosamente la ha nombrado el pueblo, en ropa de conejita provocando la vergüenza de los espectadores  en vez de la risa de los mismos? ¿Hasta dónde llegarán los productores y guionistas dominicanos tratando de llevar gente a las salas de cine? ¿La Ley de Cine fomenta esta barbaridad o sólo el afán de éxito en la taquilla de algunos productores de la incipiente industria cinematográfica dominicana?

Otra cosa a la que deseo referirme, las agencias noticiosas dominicanas tienen que revisarse no pueden estar figureando en las películas nuestras de manera frecuente, porque cuando hacen el mismo papel en una historia de ficción de manera usual su desempeño en la vida real fuera de la pantalla grande pierde peso, esa es mi opinión. Por tanto me pregunto; ¿era necesario que la presentadora estelar de Noticas SIN apareciera en el filme leyendo un reportaje sobre las “hazañas del lanzador Alex Ramírez” e inclusive entrevistándolo? Ese recurso narratológico tiene su oportuno momento, aquí me recuerda la época en que el muchachito rico del barrio era dueño del bate y la pelota y había que meterlo a jugar obligatoriamente. Amigos lectores “a buen entendedor pocas palabras bastan”.

Dedicaré unos comentarios a los personajes secundarios, específicamente a dos que merecieron mi atención: Carlos Sánchez y Alfonso Rodríguez. Para Carlos es la primera vez que aparece en la pantalla grande, aunque en algunas secuencias se deja seducir por la verbalización del humor, para ser un novato actuando, luce natural, da la impresión que estamos frente a un receptor real, si este joven humorista piensa seguir incursionando en la actuación cinematográfica es tiempo de prepararse.

El caso de Alfonso es singular, viene de dirigir un fiasco de película y aquí encarna un personaje creíble, que le imprime vitalidad dramática al relato, indudablemente  mejor actor que director pero él insiste en seguir detrás de las cámaras más que delante de las mismas.

Considero interesante los emplazamientos de la cámara que hace el director de fotografía KARL KIM, en la búsqueda de ángulos del plano fuera de lo común,  como ejemplo recuerdo aquella escena en que la esposa de Alex Ramírez (Karina Larrauri) lo abandona o  aquel momento en que este sale despavorido por el terreno del Estadio de Beisbol debido a la seducción de que fue objeto por parte de la esposa del dueño del equipo (Fefita La Grande).  Es pertinente subrayar el interés que pone en todo momento el Sr. Kim en resaltar los códigos cromáticos de la fabulosa campiña cibaeña de Baitoa.

En una película sobre beisbol que se desarrolla en la Provincia de Santiago, no podía faltar la música típica, la cual se emplea sin fastidiar la cinta con un uso excesivo. Pero tampoco falta lo que parece ser un cáncer en el cine dominicano; me refiero al primer plano de la bebida que patrocina la cinta, además de la clásica compra de la tarjeta de la empresa de telecomunicaciones que  también  invirtió en la producción.

 El tema de las trampas realizadas en el reclutamiento de los prospectos de beisbol dominicanos ya fue abordado por otra película; SUGAR, aunque esta se fue por otra arista del problema; las denominadas sustancias prohibidas. Ponchao  emprende con resultados  deficientes el camino para explorar los problemas del reclutamiento de jugadores desde la perspectiva de la alteración y/o falsificación de documentos, este tema se combina con una dosis de melodrama que involucra en la diégesis tanto la relación conyugal de los padres del personaje principal, como la suya.

Resumiendo, Ponchao no encanta pero tampoco espanta, digamos utilizando una metáfora culinaria que sus “ingredientes no se cuecen bien, por tanto, es responsabilidad de cada comensal tener en cuenta las consecuencias a la salud de ingerir un plato que no ha sido bien preparado, o en otra vertiente considerar que medio crudo es que sabe bueno e ingerirlo a pesar de las advertencias de los críticos del buen comer”.  

Género: Comedia
Director: Josh Crook
Guionistas: Manny Pérez y Gilberto Pérez
Dir. Fotografía: Karl Kim
Reparto: Manny Pérez, Jochy Santos, Karina Larrauri, Carlos Sánchez, Tony Pascual, Bolívar Valera, Fefita La Grande, José Guillermo Cortíñez, Nelson Javier.


HASTA LUEGO.-
Octubre 2013
(L)