EL FILME PONCHAO HACE HONOR A SU NOMBRE PORQUE SE PONCHÓ COMO LA NUEVA PROPUESTA DEL CINE DOMINICANO
MA GARCÍA ROMERO
@magarciaromero
Con la película
PONCHAO, el actor Manny Pérez completa el tercer largometraje que protagoniza
en nuestro país en los últimos años. Recordemos La Soga el primero de los tres, le
siguió el Rey de Najayo y su más reciente propuesta como guionista y actor
principal es PONCHAO. Veamos entonces la
sinopsis de esta película como es habitual, para luego entrar en mis consideraciones
sobre esta nueva propuesta del cine criollo,
“Ponchao es una
comedia romántica que cuenta la historia de un pelotero (Alex Ramírez) y todo
lo que hace para llegar a jugar profesionalmente.”
He tratado de identificar en mi acercamiento a esta película, uno ó varios
valores que puedan resaltarse como texto fílmico; es difícil pero no imposible
porque prácticamente se trata de “pedirle peras al olmo” como dice el refrán. Sin
embargo en esa búsqueda, me detuve revisando el historial de exhibiciones de
películas dominicanas este año, en un elemento que me llamó poderosamente la
atención, procedo a explicar: las películas criollas exhibidas tienen como espacio para su diégesis la ciudad
de Santo Domingo; desde sus grandes y modernos centros comerciales, pasando por
la nueva arquitectura que hace del Distrito Nacional una ciudad en franco
crecimiento vertical y siguiendo por los barrios populosos como Villa Juana, el
cual se intentó reproducir con irregular fidelidad en los estudios de cine
ubicados en Quita Sueño, San Cristóbal.
Ese elemento que me
llamó la atención de Ponchao, es que saca por fin las cámaras del cine
dominicano fuera del entorno de la capital de la República Dominicana y la
Provincia de Santo Domingo, y la traslada a la hermosa geografía del Cibao para
desarrollar en la Provincia de Santiago una historia donde el beisbol el
deporte favorito de la mayoría de los dominicanos es el objeto de la
construcción del discurso en este filme.
Para referirme al
guión de la película no hay cosa mejor que “echar mano” de uno de esos refranes
favoritos del Cibao que expresa que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. La intención de los guionistas de abordar el
delicado tema de la falsificación de
documentos por parte de algunos jóvenes prospectos del beisbol para lograr que
los equipos le propongan la firma de un
contrato representa en el refrán “el dicho”, el “hecho” es que el guion es
fallido, procura en vano moverse entre la comedia romántica y el drama
para abordar el núcleo temático que mencionamos anteriormente sin lograr una
cosa ni la otra.
Alex Ramírez, como se
llama el personaje que interpreta Manny Pérez
empieza con voz aut ( es decir se oye la voz pero el personaje no se ve
en el encuadre) explicando lo sucedido en su vida, desde ese primer momento se
establece la estrategia narrativa de que la película es un largo flash back,
sin embargo de manera constante la evolución narrativa se traduce en frecuentes
flash back al pasado inmediato de la diégesis; días, semanas y meses, esto hace en el caso
especifico de este filme que la evolución narrativa sea tediosa y lenta, este
comportamiento “tipo cangrejo” de la temporalidad del relato hace la película
insufrible por momentos.
El guion carece de cohesión
tanto en la construcción de los
personajes como en el manejo de la temporalidad del relato, de ahí, que ese
“racimo” de flash back sea una estocada mortal al interés que el espectador
pueda despertar por la historia debido a que complica el disfrute de la
evolución narrativa.
Hablar de la
composición dramática de la película es ponerse a sufrir en cierto modo: el
reparto de las películas dominicanas se está pareciendo a los mítines que
hacían los políticos de nuestro país hace cuarenta años; trasladaban la gente
de pueblo en pueblo para asegurar una multitud en cada acto político. El
reparto de las películas dominicanas sigue “inundado” de figuras de la TV que
se están repitiendo de película en película, acabamos de ver a Bolivar Valera
como colmadero en Mi Angelito Favorito, pues aquí se muda al Cibao y hace de
beisbolista.
Resulta penoso que
procurando hacer reír a los espectadores Manny Pérez construya un personaje que
su caracterización consista en escarnecer a la comunidad homosexual, mediante
la caricaturización del perfil de las
personas que asumen esa condición. Creo
innecesario e imprudente en una película que se precia de ser para toda la familia
fomentar el escarnio a las minorías, independientemente de que no compartimos su conducta.
Como se ha hecho frecuente
en casi todas las comedias criollas el
chiste forzado con tufo televisivo hace acto de presencia en Ponchao, también
el desagradable monologo, aparece aunque de manera breve. Fefita La Grande es
una reserva de la música popular dominicana, merece y de hecho tiene, todo nuestro reconocimiento. Pero me hago las
siguientes preguntas: ¿Qué necesidad tiene el cine dominicano de colocar un icono de la música popular de la edad de La Vieja Fefa
como cariñosamente la ha nombrado el pueblo, en ropa de conejita provocando la
vergüenza de los espectadores en vez de
la risa de los mismos? ¿Hasta dónde llegarán los productores y guionistas
dominicanos tratando de llevar gente a las salas de cine? ¿La Ley de Cine
fomenta esta barbaridad o sólo el afán de éxito en la taquilla de algunos productores
de la incipiente industria cinematográfica dominicana?
Otra cosa a la que
deseo referirme, las agencias noticiosas dominicanas tienen que revisarse no
pueden estar figureando en las películas nuestras de manera frecuente, porque
cuando hacen el mismo papel en una historia de ficción de manera usual su
desempeño en la vida real fuera de la pantalla grande pierde peso, esa es mi
opinión. Por tanto me pregunto; ¿era necesario que la presentadora estelar de
Noticas SIN apareciera en el filme leyendo un reportaje sobre las “hazañas del
lanzador Alex Ramírez” e inclusive entrevistándolo? Ese recurso narratológico
tiene su oportuno momento, aquí me recuerda la época en que el muchachito rico
del barrio era dueño del bate y la pelota y había que meterlo a jugar
obligatoriamente. Amigos lectores “a buen entendedor pocas palabras bastan”.
Dedicaré unos
comentarios a los personajes secundarios, específicamente a dos que merecieron
mi atención: Carlos Sánchez y Alfonso Rodríguez. Para Carlos es la primera vez
que aparece en la pantalla grande, aunque en algunas secuencias se deja seducir
por la verbalización del humor, para ser un novato actuando, luce natural, da
la impresión que estamos frente a un receptor real, si este joven humorista
piensa seguir incursionando en la actuación cinematográfica es tiempo de
prepararse.
El caso de Alfonso es
singular, viene de dirigir un fiasco de película y aquí encarna un personaje creíble,
que le imprime vitalidad dramática al relato, indudablemente mejor actor que director pero él insiste en
seguir detrás de las cámaras más que delante de las mismas.
Considero interesante
los emplazamientos de la cámara que hace el director de fotografía KARL
KIM, en la búsqueda de ángulos del plano fuera de lo común, como ejemplo recuerdo aquella escena en que la
esposa de Alex Ramírez (Karina Larrauri) lo abandona o aquel momento en que este sale despavorido
por el terreno del Estadio de Beisbol debido a la seducción de que fue objeto
por parte de la esposa del dueño del equipo (Fefita La Grande). Es pertinente subrayar el interés que pone en
todo momento el Sr. Kim en resaltar los códigos cromáticos de la fabulosa
campiña cibaeña de Baitoa.
En una película sobre
beisbol que se desarrolla en la Provincia de Santiago, no podía faltar la música
típica, la cual se emplea sin fastidiar la cinta con un uso excesivo. Pero
tampoco falta lo que parece ser un cáncer en el cine dominicano; me refiero al
primer plano de la bebida que patrocina la cinta, además de la clásica compra
de la tarjeta de la empresa de telecomunicaciones que también invirtió en la producción.
El tema de las trampas realizadas en el
reclutamiento de los prospectos de beisbol dominicanos ya fue abordado por otra
película; SUGAR, aunque esta se fue por otra arista del problema; las
denominadas sustancias prohibidas. Ponchao emprende con resultados deficientes el camino para explorar los
problemas del reclutamiento de jugadores desde la perspectiva de la alteración
y/o falsificación de documentos, este tema se combina con una dosis de
melodrama que involucra en la diégesis tanto la relación conyugal de los padres
del personaje principal, como la suya.
Resumiendo, Ponchao
no encanta pero tampoco espanta, digamos utilizando una metáfora culinaria que
sus “ingredientes no se cuecen bien, por tanto, es responsabilidad de cada
comensal tener en cuenta las consecuencias a la salud de ingerir un plato que
no ha sido bien preparado, o en otra vertiente considerar que medio crudo es
que sabe bueno e ingerirlo a pesar de las advertencias de los críticos del buen
comer”.
Género: Comedia
Director: Josh
Crook
Guionistas:
Manny
Pérez y Gilberto Pérez
Dir.
Fotografía: Karl Kim
Reparto:
Manny
Pérez, Jochy Santos, Karina Larrauri, Carlos Sánchez, Tony Pascual, Bolívar
Valera, Fefita La Grande, José Guillermo Cortíñez, Nelson Javier.
HASTA
LUEGO.-
Octubre
2013
(L)