¡¡¡
ATENCIÒN, ATENCIÒN, ATENCIÒN!!!
Arribamos a una semana del
velatorio de la Muestra Internacional de Barcelona-antes Santo Domingo- y
tenemos que pasar balance de lo acontecido para poner al tanto a los lectores
de los “restos mortales” de lo que en la década pasada fue un evento reputado.
·
Asisto regularmente a las salas del
complejo Fine Arts y doy testimonio del
amplio confort de sus instalaciones y de su eficiente sistema de climatización,
sin embargo el fin de semana pasado me llamó poderosamente la atención un
incidente que tuvo un amigo nuestro debido al sofocante calor al que se expuso
en una de las tandas de dicha Muestra.
·
Al parecer según los reportes que me llegan
de mis amigos de la prensa semejante desorden con el uso de los acondicionadores
de aire se debió a la falta de coordinación de la Matrona española que controla
el evento con el gerente de las salas
para ponerlas en condiciones aptas de temperatura para recibir los espectadores.
·
El mayúsculo escándalo armado en los pasillos
por mi amigo, solo se explica dentro de un proceso de acelerado deterioro de un
mamotreto de acontecimiento fílmico que carece en tiempos modernos de un
Director de Relaciones Públicas con el objetivo de que los dividendos sean
mayores el día de la repartición, es lo que
supongo, ante la ausencia de
alguien con manejo de imagen que pueda dar algún tipo de satisfacción al público.
¡Tremendo escándalo!
·
SE
CONFIRMAN MIS SOSPECHAS AL CABO DE ESTOS DÍAS. LA MUESTRA TIENE CERO (0)
INVITADOS. Tomando al azar un catalogo de los años de esplendor, verifico
que para la 5ta. Edición en el año 2003 la cantidad de invitados ascendió a 36.
Lo que ocurre en la agonizante muestra actual se denomina en castellano; DEBACLE, DECLIVE, DECADENCIA, DESCENSO,
DESPEDAZAMIENTO. Todas palabras con “D” para que elija a su gusto como
catalogar esta sombra de mal gusto de lo que fuera orgullo nuestro.
·
Ya les comuniqué que no hay invitados, pero
hay alguien que no falta a la cita, para
darse banquete con los despojos mortales del evento. Me refiero a un “cubaniche”,
crítico de cine vinculado al Festival de Cine de La Habana” quien después del
inesperado fallecimiento del Maestro Arturo Rodríguez Fernández, se convirtió
en una especie de “lugarteniente cinematográfico”
de la Matrona española que controla desde entonces, con manos de hierro la
decadente actividad cinematogràfica.
Mayo 2017
XCIV
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