MA GARCÍA ROMERO
Finaliza una semana llena de
luto. Ayer fue el sepelio del MAESTRO DE LA CRITICA CINEMATOGRAFICA ARMANDO
ALMANZAR. Durante su velatorio hacia algunas reflexiones sobre la muerte que
quiero compartir con ustedes, amigos lectores:
Es una verdad indiscutible
que la muerte tarde o temprano nos llegará a todos, pero me parece asumiendo
que la muerte sea un personaje, que a veces, o mejor dicho muchas veces, actúa
de manera impaciente y cuando desciende para llevarse a una persona en particular,
si no la encuentra en el momento de su descenso se lleva al primero que
encuentra a su paso.
No importa que una persona
sea joven, madura o vieja si su conducta es positiva para la sociedad en la que
se desempeña, la muerte por impaciente no debería quitárnosla. Armando fue un
ser humano valioso, un verdadero crítico de cine porque estudió de manera
profunda la historia y el lenguaje del séptimo arte.
En mi caso particular nunca recibí de Armando indicios de una actitud arrogante,
todo lo contrario, al extinto Maestro de la crítica de cine le debo cuando empecè mi exposición pública como crítico de cine el mejor de los consejos: “debes ser
tu mismo, trata de ser autentico y defiende correctamente tus convicciones”.
La ironía de la vida es que
existen personas medrando en el mundo del cine que no trabajan en las empresas
de exhibición, no son críticos de cine, no son periodistas, no son ni actrices,
directoras, u otras funciones que simplemente son inmigrantes indeseables, que ejercen
la maledicencia, el chisme, la trapisonda, que viven visitando los eventos cinematográficos
haciendo el papel de ABUELA Y MADRE de todos los asistentes porque difícilmente
una persona en la tercera edad avanzada arriesgue su salud asistiendo de noche
a eventos sociales para muchas veces por la brecha generacional hacer el ridículo,
a menos que esa persona sea una figura prominente del mundo cinematográfico dominicano
como fue el caso del inolvidable maestro, Armando Almanzar, que con su incuestionable
prestigio, honraba cualquier actividad, donde todos los presentes no importa la
edad no lo miraban como un estorbo generacional sino con mucho respeto y admiración
por su intelecto como crítico de cine y escritor.
La Muerte tiene que
revisarse, es cierto que en cualquier momento a cada uno le tocará acompañarla.
Pero contemplar como gente PERVERSA y SENIL, camina encorvada como un fantasma
por los pasillos de cine , con una tez de lagarto transparente, pelo tintado y
una cartera enorme que parece un saco de lo que usábamos para buscar mangos en Cotui,
me parece una actitud irresponsable por parte de la muerte.
La
vida debe ser para aquellos que se levantan cada día aportando para la construcción
de un mundo mejor, no para las personas que no aportan NADA a la construcción de
ese mundo, a esas, la muerte debe hacer una visita 24 horas antes de que empiece
noviembre el “MES DE LA FAMILIA”.
Julio 2017
CI
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