NO HAY MAS REMEDIO: JOSE ENRIQUE PINTOR (PINKY) VUELVE A
LA CARGA
MA GARCIA
ROMERO
@magarciaromero
El
experimentado realizador José Enrique Pintor (Pinky), después de estrenar hace
algunos años la secuela de Sanky Panky, nos ofrece nuevamente una cinta que se
inscribe dentro del género de la comedia.
Como siempre demos un chequeo a la sinopsis de esta cinta para después
iniciar mis comentarios, leamos pues la
sinopsis:
“Ángel,
Fonso, y Roberto, tres ancianos con problemas que difícilmente puedan
solucionar en el poco tiempo de vida que les queda…toman una decisión
equivocada: cometer un atraco a una farmacia para conseguir el dinero necesario
para realizar cada uno su sueño personal. La edad, la tecnología, los
particulares empleados y clientes de la farmacia…y una sociedad muy particular
hacen que esos planes no se lleven a cabo como ellos tenían pensado.”
En
principio debo admitir que lo que más me agrada de esta cinta es su reparto;
José Pintor se propuso reunir una serie de figuras estelares del teatro dominicano,
para aprovechar su experiencia dramática y construir unos personajes que
pudiesen ser objeto de atracción por parte de los espectadores.
No
hay Mas Remedio, como lo insinúa la
sinopsis, es una película coral, en torno a
tres envejecientes interpretados por tres profesionales del teatro
dominicano con el respaldo como actores secundarios de figuras también del
teatro, del cine y la TV dominicana. La Dirección de Pinky Pintor, no la pongo
en dudas porque sus credenciales vienen desde aquella cinta “La Cárcel de la
Victoria” siguiendo con sus éxitos comerciales “Sanky Panky” y su secuela
“Sanky Panky 2.
Respecto
a la composición dramática del relato tengo que apuntar que las actuaciones de la trilogía principal,
como los personajes segundarios son decentes y revelan ciertos estereotipos de
personalidad que por momentos provocan actitudes hilarantes en algunos
espectadores.
La
dirección de fotografía, es eficiente, junto a la edición es de lo mejor de la
cinta. El director Pinky Pintor, recurre a códigos visuales y tecnológicos como
la ralentización de las escenas violentas para resaltar su intensidad, lo que
me parece que funciona para crear la sensación de caos total e incrementar el
estatus dramático de las escenas. La
presencia en la cinta de de uno de los principales intérpretes del dembow en
República Dominicana, Mozart La Para hace que dentro de la banda sonora, la
música pretenda un acercamiento a los espectadores jóvenes que siguen este
género musical.
A mi
modo de enjuiciar esta película, me pregunto: ¿Dónde tropieza esta cinta? ¿En
qué punto el texto fílmico comienza a flaquear? Asumo que su talón de Aquiles
está es en la construcción del guion. El guionista-director, José Pintor quiso
elaborar una historia entretenida pero que simultáneamente denunciara el estado
de decrepitud, vejación familiar y maltrato a que son sometidas las personas de
la tercera edad. Con el interés de cumplir ese cometido somete a los personajes
de la diégesis a una serie de monólogos, inoportunos que en vez de concienciar
al espectador sobre la situación de los ancianos, reducen la progresión dramática
convirtiendo la película en una especie de fabula familiar, un tanto teatral.
Definitivamente
la cinta, como diríamos en buen dominicano; “se deja ver.” en la última parte del
relato un amasijo de clichés dramáticos clausuran la historia: la reconciliación
familiar, la pasión no resuelta del sacerdote y la prostituta, el
descubrimiento del “cerebro” de la operación delincuencial en que se centra la
historia.
Director: José Enrique Pintor
(Pinky)
Guion: José Enrique Pintor (Pinky)
Reparto: Ángel Haché, Iván García,
Salvador Pérez. María Cristina Camilo,
Ángel Mejía, Mozart La Para, Elvira Taveras,
Hensy Pichardo, Jhonnie Mercedes.
MARÍA
MONTEZ
MUCHA
ESPUMA Y POCO CHOCOLATE
Después de
un prolongado rodaje, salpicado de algunos tropiezos financieros-según mis
fuentes confiables- se estrena esta película sobre la figura dominicana de
mayor trascendencia hasta el momento en el mundo del cine. Es plausible que
algunos productores hayan puesto la mira en recrear en pantalla grande la vida
de esta mujer de singular belleza caribeña e incuestionable ejemplo de
tenacidad en la búsqueda de insertarse en la Meca del cine-Hollywood- propósito
que logró llegando a protagonizar una serie de películas de aventuras en la década
1940-1950 que la catapultaron a la fama mundial y por las cuales fue denominada
como “La Reina del Technicolor”.
De este intento fallido por hacer un biopic de
la vida de esta singular mujer dominicana hay aspectos de los componentes fílmicos
que fueron bien empleados y que deben ser destacados para hacer justicia, me
refiero a la dirección de fotografía, el tema visual como elemento significante
del texto fílmico tiene un trabajo decente, la iluminación de las escenas en
sus cuatro puntos fundamentales: calidad, dirección fuente y color nos deja
satisfechos. A pesar de las limitaciones de presupuesto también hay que señalar cierta preocupación por la puesta en
escena, debido a que estamos tratando con una vida que se desarrolló en la
primera mitad del siglo pasado, se advierte una preocupación por lograr una dirección
artística lo más acertada posible, en los objetos de la época, en el vestuario
y hasta en el peinado de los personajes.
Todos los
aspectos anteriormente señalados son puntos a favor de esta nueva propuesta del
cine dominicano, sin embargo cuando uno examina otros aspectos de esta película
como el guion y la composición dramática, la película naufraga
estrepitosamente, un pésimo guion diseñado no para contar todas las peripecias
que atravesó María Montez para ascender en el mundo del cine, sino para poner a
Celinés Toribio a lucirse frente a las cámaras, cosa que no logra porque carece
del magnetismo, del carisma para interpretar a la Montez.
La primera
parte de la vida de María Montez, es interpretada por una Paula Ferry que nos
deleita con su talento y hace que el espectador se interese por saber qué va a
pasar con esta niña llena de ilusiones y que desafió los convencionalismos de
la época, para expresar su interés por el arte escénico. Aunque no quiero dejar
de señalar que la primera parte tiene algunas escenas que debieron ser víctimas
del editor porque le dan un tono de telenovela y/o videoclip cursi al filme.
El guion
se concentra en mostrarnos los amores y desamores de María Montez, más que en
explicar con hechos los detalles de su ascenso, aparecen salpicados datos sobre
esta travesía hacia el éxito de la mano de su manejador que en la película interpreta
Cuquín Victoria, pero el relato es presa de la apretada síntesis cinematográfica,
esta elipsis ejercida sobre la vida de esta mujer deja al espectador al salir
de la sala sin saber cómo llegó a ocupar
el sitial que tiene en el cine de aventuras en technicolor.
Para
concluir, esta cinta es soporífera, induce al sueño a cualquiera que vaya con
la ilusión de conocer la vida de esta ilustre dominicana, no cautiva al
espectador, lo pone a jugar con los celulares desesperados porque la película termine.
Al margen de los meritos personales que no pongo en duda, este papel le queda grande a Celinés Toribio, su inexperiencia en
papeles de esta envergadura queda al descubierto, como no valoro intenciones en
el cine sino resultados, para mí el resultado de esta cinta es fallido.
Perdonen si por momentos parezco ríspido, pero así percibo a María Montez la
película, mi propósito no es la complacencia sino plasmar en mis comentarios lo
que pienso respecto al texto fílmico.
Director: Vicente
Peñarrocha
Reparto: Adrian
Mas, Ben Temple, Cuquín Victoria, Dominic Fuentes, Celinés Toribio, Ginés
García Millán, Isabella Wall, Juan Fernández, Lionel Auguste, Lizbeth Santos,
Maridalia Hernández, Mariela Encarnación-
Diciembre 2014
LXIX
No hay comentarios:
Publicar un comentario