¿QUIÉN MANDA?: CONFIRMA UNA VEZ MAS COMO
FUNCIONA EN CINE UNA CONDICIÓN MARAVILLOSA QUE SE HA DADO EN LLAMAR “LA
QUÍMICA” ENTRE LOS ACTORES Y LOS
PERSONAJES.
MA GARCÍA ROMERO
@magarciaromero
Empiezo este acercamiento a esta película dominicana,
haciendo una afirmación que aunque parezca temeraria es el fruto de mis
meditaciones en medio te tantos apagones y del gratificante calor (a mí me
encanta, perdonen los demás) que trae agosto. Esta mencionada afirmación es la
siguiente: donde otras películas dominicanas han fallado, fracasado, cometido
yerros para ser un poco sofisticado o en lenguaje llano de nuestro país; metido
la pata, la película que nos ocupa ¿QUIÉN MANDA? sale airosa, destila modernidad,
una frescura y un empleo ortodoxo de los
códigos visuales y tecnológicos del cine.
En tal sentido los últimos acontecimientos en el cine dominicano, demuestran que algunos
muchachos, y digo muchachos por su juventud -jamás de manera peyorativa- que
han encontrado apoyo para materializar proyectos como este tienen el talento
suficiente para la construcción de un texto fílmico de calidad, que demuestre
que el cine debe crecer tanto en su
construcción como en el manejo del marketing. Muchas veces ha ocurrido que el
marketing es superior a la calidad de la oferta fílmica, pero este no es el
caso que nos ocupa.
Veamos pues la sinopsis de ¿QUIÉN MANDA?, para que
entremos a comentar algunos aspectos que me parecieron interesantes: “Alex
es un tipo relajado, sofisticado y un gran conquistador, que se conoce todos
los trucos para conseguirse a cualquier mujer. Sus relaciones son siempre
cortas y superficiales, pues le encanta disfrutar de su libertad y los
beneficios que esta conlleva. Es el típico “experto” en relaciones, que
aconseja a sus amigos sobre que decir o como actuar para conquistar a una
mujer. Su vida es perfecta hasta que conoce a Natalie, una mujer sensual,
atrevida y divertida, que lleva el mismo estilo de vida. A Natalie le gusta tener
el control en la relación, y es por esto que ambos se verán en una encrucijada
donde se enfrentan entre ellos y sus sentimientos, para demostrar al final
quién manda.”
Esta película ensaya con éxito e indiscutible gracia
uno de los modelos narrativos que ha hecho naufragar muchas películas,
incluyendo muchas dominicanas que intentaron de manera torpe y fallida la
utilización de este mecanismo narratológico. Me refiero a la llamada interpelación del espectador, que
consiste en conferirle a uno de los personajes el estatuto de narrador o sujeto
empírico de la enunciación como también puede llamársele.
Esto significa que el personaje de Alex asume el
control de la narración e instaura mirando hacia la cámara una comunicación con
el espectador a quien privilegia suministrándole información sobre la evolución
del relato que solo él y los espectadores conocerán en muchos casos, en otros
el comparte información con el espectador que también los otros personajes
manejan.
La estrategia discursiva que acabo de plantear ocurre
con soltura y eficacia en ¿Quién Manda?, esto debido a una combinación de
factores pero fundamentalmente a un guion con diálogos amenos, directos,
puestos en boca del personaje de Alex que interpreta de manera fenomenal Frank Perozo
y a la eficaz dirección de RONNI CASTILLO quien con mano firme evita en todo
momento que el filme naufrague en los “mares de la telenovela” sino que se
mantenga como una comedia romántica que cautiva los espectadores.
El éxito de esta película empieza por su guion.
Personajes urbanos con diálogos alejados del lenguaje vulgar y el chiste
forzado. Este guion está concebido para que las situaciones sean las que
provoquen risa evitando en todo momento lo que ha sido un cáncer en la comedia
cinematográfica dominicana la verbalización del humor o el humor televisión,
como queramos llamarlo.
Tengo que referirme a Nashla Bogaert, ella encarna a
Natalie la típica “tiguerona urbana de clase media alta” que posee para tratar
al sexo opuesto similares artilugios amorosos que Alex, al encontrarse con él toma cuerpo el refrán de que “filo con filo
no se cortan:” Luce segura, destila una sensualidad juvenil que da brillo al
personaje y manipula las emociones de las espectadoras; porque las mujeres cuando Natalie pone a
sufrir a Alex gozan y cuando Natalie
sufre comparten su pena.
Entonces en este punto viene la dichosa expresión de
que “hay química”, en la composición dramática, es decir eso significa que las
actuaciones fluyen de manera sorprendentemente natural, por encima de los
ensayos previos al rodaje, de las indicaciones del director, de los diálogos
del guión, los actores proyectan una empatía con sus personajes a niveles
insospechados, a eso le llamamos “química” y eso es lo que acontece de manera
evidente entre estos jóvenes interpretes dominicanos que han dado vida a estos
personajes en un esfuerzo profesional meritorio. Tengo que valorar también el
trabajo de los personajes secundarios que giran en torno tanto de Alex como
Natalie, estos con su buena actuación; sobre todo la carga de naturalidad que
tienen, potencian la actuación de los dos principales personajes.
Si por un aspecto ¿Quién Manda? se alza con meritos
por encima de muchas comedias dominicanas que la anteceden es por el manejo
sumamente eficaz del montaje cinematográfico-la
edición- en combinación con la dirección de fotográfica de Peyi Guzmán.
Este señor que viene de fotografiar y dirigir la adaptación del cuento Los
Amos, del Profesor Juan Bosch, de conducir la fotografía del Rey de Najayo, Feo
de Día/Lindo de Noche y de dirigir la segunda unidad en la película de Andy García
The Lost City, en esta ocasión vuelve a lucirse fotografiando de forma
maravillosa la ciudad de Santo Domingo, sin que parezca un anuncio turístico,
sino el nido donde Alex y Natalie desarrollan su historia de amor.
Peyi, hace con
su manejo mesurado y preciso del plano cinematográfico que se nos olviden al
mirar esas imágenes, el caos del transporte, los delincuentes citadinos, los
problemas medioambientales de la Ciudad Primada de América, nos conduce a
percibirla una ciudad romántica, moderna y cosmopolita. Este señor se crece a
la hora de fotografiar los personajes principales, procura que estos se destaquen realizando oportunos planos
americanos en los espacios abiertos como las calles de la zona colonial y
reduciendo la profundidad de campo para dar la sensación de que sus siluetas
controlan todo el encuadre y así conmover a los espectadores.
Es un hecho que la combinación de la fotografía de Peyi Guzmán y la edición de la película
fortalecen la evolución del relato. Cuando se quiere mostrar fatiga y
transcurso del tiempo el editor recurre al librito; secuencia rápida de planos
cortos presentando al personaje en diferentes acciones. En escenas de tristeza, soledad y depresión se recurre
al plano medio y el primer plano para
acentuar la tensión emocional, evitando cualquier perorata. Así se avanza en el cine dominicano empleando
el lenguaje cinematográfico y superando errores cometidos en el pasado en la
construcción discursiva.
Se ha desatado una práctica en el cine dominicano de
que la música que acompaña la banda sonora de una película tiene que ser el
ritmo de moda. Como dentro de los ritmos de moda está el llamado Dembow , nos
han metido el susodicho género musical por ojos, boca y nariz en la mayoría de
las producciones cinematográficas en los últimos años. En ¿Quién Manda? ocurre algo diferente, la música está a cargo
del grupo Be Crazy, grupo joven dominicano que hace una música que va en
consonancia con el perfil social y económico de los personajes de la historia.
Bien empleada la música, en ningún momento compite con las imágenes sino que
acentúa la evolución del relato sin sobresaltos. Esta condición es un punto a
favor de los encargados de la música en la banda sonora: Yamill León y José
Delio Ares García.
Viendo los lugares escogidos para la puesta en escena
de la película; esa ciudad idílica que proyecta las imágenes, concluimos que
Santo Domingo, sale ganando: sus lugares
discretos, acogedores, sobrios, románticos hacen que se nos olvide durante el
desarrollo del relato todo lo que está
pendiente por resolver en nuestra ciudad,
Pero no todo es color de rosa, dice la frase, por
tanto en la cinta hay cosas que pudieron hacerse mejor para incrementar la
calidad de la misma. Un ejemplo de esto es la secuencia de la primera cena
entre los amigos/as. El conflicto aparece de manera abrupta sin dar chance a
que los personajes interactúen, si es la primera vez que tienen contacto un encontronazo
tan rápido entre dos de los personajes no tiene justificación dramática sin
antecedentes previos, es una falla de dirección y construcción del guion en ese
punto de la diégesis.
Desde el mismo momento que un director dominicano en
la conclusión del rodaje de una de sus comedias entró a campo, es decir se puso
delante de las cámaras y comenzó a abrazar los actores para celebrar el final
del rodaje mientras pasaban los créditos de la película, desde ese instante “patentizamos
una dominicanada” ridícula que tiene raíces culturales en nuestra idiosincrasia
de chercha y festejo pero que nos lacera el progreso en el desarrollo cinematográfico
internacional porque eso es sencillamente innecesario. Eso pasa en menor medida
en la conclusión del relato en ¿Quién Manda?, el director suelta el mando y
permite que los personajes tanto principales como secundarios avancen de manera
frontal haciendo una coreografía agradable y acorde con los acontecimientos
ocurridos en esa escena, pero que después
se convierte en un superfluo espectáculo circense.
Esa nueva “dominicanada” en la conclusión de una comedia cinematográfica estropea un poco todo el trabajo anterior,
RONNI CASTILLO, el director, debió en el momento de la coreografía colectiva
finalizar la película, la cinta a pesar de esa pifia continúa siendo una
agradable sorpresa en el firmamento, ejerciendo un trabajo de edición en el punto
anteriormente señalado, la postproducción libraba a ¡Quién Manda? del “virus”
que ataca la organización discursiva y dramática de las comedias dominicanas en
su secuencia final: el corro de los personajes.
Director: Ronni Castillo
Guión: Daniel Pérez y Ronni Castillo
Fotografía: Peyi Guzmán
Reparto: Frank Perozo, Nashla Bogaert, Cuquín
Victoria, Amauris Pérez, Claudette Lali, Akari Endo, Sergio Carlo, Milagros
Germán, Manuel Chapuseaux.
HASTA
LUEGO.-
Agosto,
2013
XLVIII