viernes, 5 de abril de 2013

CINEMA ZOOM XIII (TERMINATOR 3)

TERMINATOR: LA PERDICION, PERDON ME TRAICIONA EL SUBCONSCIENTE, DEBI ESCRIBIR LA SALVACION


POR MA GARCIA ROMERO

Una tarde del año 1984, se “armó tremendo embrollo en la UASD,  la primera acción ante tantos tiros y bombas fue salir por la zona de menor conflicto y abordar el primer transporte público que nos pasara por delante, efectivamente así lo hice y me correspondió tomar una “voladora” de aquella época que viajaba veloz por la Avenida Independencia camino al km # 12. Durante ese viaje huyendo del tremendo lío que dejaba atrás en la universidad,  pasé frente al cine Portal que operaba donde hoy funciona la discoteca Jet Set, alcancé a ver un afiche enorme con un rostro cuya mitad correspondía al  actor Arnold Schwarzenegger y la otra mitad a una máquina, la primera impresión que me produjo esa imagen fue de enorme curiosidad por descubrir en que se había metido el actor que en ese momento, empezaba a despuntar como estrella de la industria cinematográfica. Ese momento representó el estreno en el país de Terminator, todo un acontecimiento en el campo de la ciencia ficción porque dejaba demostrado de manera fehaciente el considerable talento de dos personas que se unieron para dar vida en la pantalla a una de las historias más impactantes de ese género; esas dos personas a que me refiero son el director de la cinta James Cameron y el director de maquillaje y efectos especiales el fenecido Stan Winston, ese ritmo trepidante, profundamente intenso de la película, aquellos primeros planos del terminator combinados con planos medios que infundieron terror y desesperación a millones de espectadores se debe a ese señor que se llama James Cameron, pero el concepto hecho realidad en el filme de presentar una máquina de matar cubierta de carne que viene del futuro se debió al maestro de efectos especiales Stan Winston. Cameron desarrolló todo un discurso alrededor de la evolución tecnológica de la humanidad, explicándonos en su cinta que la humanidad llegará tan lejos en su evolución  que las maquinas se volverán por su grado de sofisticación en contra de nosotros  y nos intentarán exterminar. Alrededor de esta propuesta de sentido, se desarrollan una serie de historias secundarias que fortalecen ese concepto primario en el desarrollo del filme.
La película catapultó la carrera tanto de Cameron como de Winston,  es una de las más taquilleras de todos los tiempos y era obvio, Hollywood no iba a despreciar la oportunidad de seguir haciendo dinero con el tema y para 1991 aparece la segunda parte: Terminator 2 Judgment Day, en esta película el director emplea unos innovadores efectos visuales que previamente había puesto en ejecución en una cinta con ribetes de ciencia ficción  denominada the Abyss, el éxito fue rotundo: numerosas nominaciones por sus avances técnicos, en importantes academias de cine en Estados Unidos y Europa.
Schwarzenegger, ve detener el ascenso de su carrera después de una delicada cirugía de corazón abierto y ya recuperado quiere dar lo que llaman en pelota; “un palo” se propone dar vida nuevamente al personaje que lo lanzó al estrellato,  pero se encuentra con que su amigo y mentor Cameron cerró ese capítulo y dijo “no más”, tampoco participa la esposa de Cameron Linda Hamilton,  que encarnaba en las dos primeras entregas el personaje de Sarah Connor, pieza clave en la diégesis (la historia que se cuenta).
 Es de esa manera como nace entonces la tercera entrega  de la serie: Terminator 3 Rise of the machines. Arnold tiene detrás de las cámaras al director Jonathan Mostow, alguien que hasta este momento ni en el momento actual,  le da  por el ruedo de los pantalones a Cameron en la dirección, pero la cinta trajo algo interesante; el Terminator no era un hombre si no  una mujer encarnaba al Cyborg T-X que vino a la tierra con la misión de exterminar a John Connor, la actriz escandinava Kristanna Loken le correspondió asumir el papel. Con una dirección incapaz de provocar en los espectadores la ansiedad permanente que emanan las cintas anteriores y la ausencia de Linda Hamilton, la tercera parte no fue recibida con algarabía en las salas del mundo y representó el final de la aparición del hoy Gobernador californiano Arnol Swarzenegger.
Hollywood atraviesa una profunda crisis creativa y por tanto de originalidad a la hora de poner argumentos en la mesa para hacer un filme, la idea de colocar como protagonista de la cuarta entrega de Terminator al “Batman del momento” Christian Bale, interpretando el personaje de John Connor,  y en la dirección de la película a uno de los nuevos muchachos del medio: McG, es parte de la alocada carrera de la industria cinematográfica estadounidense por revivir los mitos del cine en sus diferentes géneros y producir cuartos, muchos cuartos… el resultado de este invento no es una película sino una inexplicable mezcla de nintendo, nintendo 64, Sega, PS3 y no sé cuantos juegos de video se hayan inventado para entretenimiento de los chicos, ¡carajo! los personajes son títeres al servicio de los incesantes efectos visuales que tiene la cinta, no hay sentido del ritmo cinematográfico por momentos  uno quiere que este engendro termine porque la aparición te tantos “muñecos de metal” abruman al espectador en vez de infundirle miedo.
Ahora después de ver como se consume una millonada haciendo esta necedad, con mas fe siento nostalgia por la primera película, hecha por un equipo de artistas y gente de la industria que demostró con sus trabajos posteriores que el talento demostrado en la primera entrega no es fortuito; OJALA SEA TERMINATOR LA PERDICION, PERDON QUISE ESCRIBIR LA SALVACION LA ULTIMA PARTE DE UNA HISTORIA QUE VA CAMINO A CONVERTIRSE EN DISPARATE SI HOLLYWOOD NO PARA DE “INVENTAR” EN EL SENTIDO CRIOLLO DEL TERMINO.

HASTA LUEGO
 JUNIO, 2009

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