jueves, 4 de abril de 2013

CINEMA ZOOM VI (SLUMDOG MILLIONAIRE)



SLUMDOG MILLIONAIRE: ¡CONMOVEDORA!, ME DAN GANAS DE IRME A LA INDIA AUNQUE SEA EN YOLA, NO DEBO ES CONTRA LA LEY, ADEMAS NO PUEDO ES DEMASIADO LEJOS.



Por MA GARCIA ROMERO


Muchos monzones con su secuela de muerte y destrucción han pasado, desde que en la etapa colonial del subcontinente indio, a principios del siglo pasado (1912), el realizador D.G Phalké fotógrafo e impresor retornara a la India desde occidente y conformara la compañía Hindustami Film Co. con la cual produjo y dirigió la película Raja Harishandra, a partir de ese momento empezó para los  hindúes la emocionante aventura de hacer cine aunque los colonialistas ingleses previamente habían realizado películas, con este señor, despega la industria cinematográfica hindú.
Para que ustedes tengan una idea de lo vigorosa en términos de producción de esta industria, es importante destacar que ya en la época de la colonización inglesa es decir,  antes del 1947 la india superaba a Inglaterra en términos de cantidad de películas producidas. Se hace necesario entonces enumerar esa pléyade de realizadores que con su trabajo contribuyeron a consolidar la industria cinematográfica de la India: Baburao Painter, Debaki Kumar Bose, P.C. Barua, Nitin Bose, Kartic Chatterjee, Hemen Gupta, S.S. Vasan, Raja Paranjape, V Shantaram, Sohrab M. Modi, Uday Shankar, Bimal Roy, Jallinawata Bagh, Tapan Sinha, Agrimi, Bain Saha, Vidushak, R. Taraider, Mrinal Sen, Ritwik Ghatak y Satyajit Ray (considerado uno de los maestros del cine mundial). Este listado no incluye los directores y directoras contemporáneos que merecen ser tratados en otra ocasión, para centrarnos en la película que nos interesa en este momento.
Danny Boyle  es un director británico que sorprendió a la crítica en 1996 con su filme Trainsporting, esta película  mostró al mundo las posturas vanguardistas del estilo de este director, su vocación a subvertir la linealidad del relato y el uso poco ortodoxo de los códigos sintácticos o de montaje hicieron que paulatinamente su forma de hacer cine fuese calando en los espectadores. Posteriormente su película en el 2002, 28 Días después nos revelaba su visión apocalíptica del mundo postmoderno, de la mano de uno de sus colaboradores habituales, su compatriota el guionista Alex Garland.
Ahora Boyle viaja a la india para emprender una tarea que evidentemente fue provechosa,  acometer la empresa de rodar un guion adaptado como es el caso que nos ocupa y presentarnos un subcontinente indio, lugar de un llamado “milagro económico” que contrasta con la presencia de una de las sociedades  de mayor ultraje y abyección en el planeta. Para esta tarea Boyle cuenta con el guion realizado por Simon Beaufoy y Vikas Swarup, este último escribió la novela “Q &A” en la que se basa el guión.
En las primeras secuencias se advierte claramente el estilo de dirección cultivado por Boyle, en cada escena juega con los cuatro elementos fundamentales del plano cinematográfico: ángulo, metraje, campo y encuadre y un claro ejemplo de lo que digo es la persecución de los tres personajes principales por parte de la policía, a través de las “villas  de Bombay”. La película es un largo flash back que permite al guionista hacer una minuciosa caracterización de la vida de estos personajes (Jamal, Salim, y  Latika) pero que transcurre alternado con el tiempo presente de la diégesis.
Solamente suceden treinta minutos del filme  y tenemos con imágenes que ya son inolvidables en la historia del cine, una visión del cúmulo de graves problemas ambientales de la India con el manejo de las emisiones atmosféricas, los residuos sólidos urbanos e industriales y las aguas residuales de los grandes centros urbanos como Bombay. Pero lo que es peor aún, que todavía hoy afloren hostilidades entre musulmanes e hindúes.
La música, como uno de los tres elementos de la banda sonora, desempeña un papel esencial en el discurso que se desarrolla en la película, nos recuerda que hay un nuevo país que emerge de todas esas tradiciones milenarias, adoptando una clara integración con las manifestaciones musicales que tienen  repercusión global y que transita hacia la  evolución,  es por eso, que estos ritmos modernos como el hip hop el rap y otros están presentes en el estupendo performance final realizado en la estación de trenes de la ciudad, les confieso que a pesar de que soy cuarentón y pico me despojo de toda condición analítica y lo veo periódicamente para gozarlo “ un mundo”.
La dirección de fotografía a cargo de Anthony Dod Mantle ofrece un verdadero banquete; la iluminación como aspecto crucial de una buena fotografía no tiene desperdicios en sus cuatro elementos básicos: calidad, dirección fuente y color, noten cuando vean el filme que la luz está destinada fundamentalmente a destacar la presencia de los personajes dentro de campo (lo que la cámara permite ver al espectador) y en ningún caso a opacarlos.
Hay actores secundarios dentro de una película que su actuación trasciende tanto por la potencia de su personaje,  que sin ellos la fuerza que emana del protagonista no alcanza su esplendor. Este filme sin la actuación brillante del actor hindú Anil Kapoor quien encarna el personaje de Prem Kumar, conductor en el relato del concurso que da nombre a la película; ¿quién quiere ser millonario? es cínico, sádico, terriblemente sarcástico y su lenguaje gestual indudablemente crea una atmosfera de tensión en el  archifamoso programa de T.V. conducido por él.
Señoras y señores (cumpliendo con el lenguaje no sexista), no debemos perdernos, el romance entre Jamal y Latika es un pretexto de los guionistas y el director para mostrarnos las dos caras de una misma moneda: la India, en una cara la extrema pobreza de millones de seres humanos que viven hacinados como ratas con la carencia de los servicios básicos que la población requiere para vivir de forma decente y la otra cara la de la opulencia y el crecimiento económico de las minorías,  a pesar de estos contrastes ese país se encamina a  ser una potencia emergente en el mundo actual.
Con ocho óscares y cuatro globos de oro, la película recorre el mundo arrasando como un rodillo cuanto premio cinematográfico se ponga por delante,  ¡se lo merece!

HASTA LUEGO
MARZO, 2009


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